¿A quién le importaban los poetas?
Parece que a nadie,
pero desde que murió el último,
sin embargo,
es como si faltara algo en el mundo.
Por eso nació Pablo,
verde,
hijo de la ingeniería
y de una probeta enorme.
Llegó con un sólo propósito a la ciudad sin límites;
cantar a cualquiera de las cosas que parecían muertas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario