sábado, 1 de abril de 2017

La república imaginaria de abril

Imagino cualquier cosa ahora que llega abril.

¿Será el polen
o las febrículas primaverales 
las que configuran la fantasía?

Que la diosa fortuna llama a mi puerta y acaricia mi frente
y me retira del vientre de Moloch,

 o que alguien me escribe desde otro planeta, 
un marciano,
y caigo fulminado a sus pies.

Despierto en su lecho, desnudo. Enamorado del color verde.

Y después las palabras, que van y brotan solas.

Que mis deseos comienzan a tener sus propias formas.

¿O será que lo imaginario se adentra en la realidad cambiando las cosas de sitio,
removiéndolo todo
y no hay forma de distinguir lo uno de lo otro?
































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